La Frustración del Infierno

Me imagino al Diablo maquinando…

—El cabrón de Caetano no se ha doblao’ por plata… ya van dos tías que le ofrezco en dos días, y el cabrón se cree rockstar.
Por si fuera poco, le vale madre eso de la fama… Es decir, incluso se atreve a no ser políticamente correcto…

¿Cómo se puede manipular a alguien así?

Mammón me falló, las zorras hijas de Lilith no dieron la talla, y Macagoceclapl me decepciona con sus excusas dizque «Cae es diferente».
¿Tengo que ir yo mismo a hacer el pinche trabajo?

—¡Es que no es muy serio el niño! —gritó algún demonio desconocido desde el fondo.

—¿Y si buscamos a alguien que pueda sacarle información sobre lo que le hace fuerte? El mismo marketing que usamos con Sansón… pero mejoramos la versión —replica otro demonio feo, pero con aire de haber estudiado en un colegio estadounidense.

—Naaah… —responde Astaroth—. Ese idiota es muy cuidadoso a la hora de manejar la información…

—¿Por qué lo dices? —pregunta el gran jefe, el gobernador del mundo terrenal.

—Porque pregunté sobre él en su pueblo, y escuché un par de cosas… pero eran puros chismes.
Pregunté a algunos de sus cercanos, pero nadie pudo decirme con exactitud dónde vive.
Pregunté por su situación amorosa… según internet es soltero, porque no veo fotos.
Y en la entrevista en ALOCV… no respondió a la pregunta.
Se dice mucho de él por allí, pero ni se inmuta el gilipollas…

—¡Banda de inútiles! ¡Iré yo! —grita el gran jefe.

Lilith entra en escena

Mientras el gran jefe da la espalda y despliega sus alas…
lo frena una dulce y melodiosa voz.
Ni Mozart, en mil vidas, podría componer algo tan mágico.

Automáticamente se abre paso en medio de un mar de demonios.
Por un momento, el infierno parecía haber sido cruzado por Moisés,
como si el umbral prohibido se abriera solo para fardar del milagro más grande que jamás pisó la Tierra.

Pero no…

Es Lilith.
Sonriente.
Tan bella.
Todos paralizados, como cuando canta una sirena.

—Espera, cariño… —dice con voz baja, pero suena como un trueno.

El gran jefe gira ligeramente la cabeza.

—Dime, ¿por qué tanto alboroto?
No tienes que ir tú… Iré yo.
Por cierto, ya me había adelantado, y toqué algo que le estremeció —dice Lilith con una sonrisa afilada.

—¡Bien! ¡Bien! ¡Así se habla! Después de todo…

Sin terminar la frase, Lilith le pone su dedo índice en la boca.

—Shhhh…
Dime, amor.
Iré a terminar el trabajo.

—¿Podemos atentar contra su vida? —pregunta Lilith, con ojos llenos de ganas de ver sangre.

—No. Bajo ningún concepto. No tenemos el permiso —replica el gran jefe.

(Hubo un silencio de aproximadamente treinta minutos.)

—Ya sé lo que haré —dice finalmente Lilith—. Manipularé todo el entorno de esa criatura que tanto ama ese despreciable Caetano.
Haré que le odien… incluso [nombre tachado], sin aparente razón.

Llevaré conmigo a Belfegor.
Tarde o temprano saldrá de su cueva.
Así cayó, en su momento, Pablo Emilio Escobar Gaviria.

Belial toma la palabra:

—¡Nooooo! Ya he…

En ese instante, Lilith lo mira, y la boca de Belial se sella.

—¿Por qué no le dejaste terminar la frase? —pregunta el gran jefe.

—Sé hacer mi trabajo —responde Lilith con frialdad.

El gran jefe se relaja y, tras unos segundos de tensión suspendida, dice en voz baja:

—No me falles.

por Caetano Márq

CAETANO MARQ, también conocido como C. MARQ, es cantante, compositor, productor musical, modelo, actor y escritor (del libro 'Marketing Wow Musical').

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